Ella tiene el diablo en el cuerpo
yo no sé donde esconderme
No sé que fuerza me impulsa
juraría que habría estado bailando
las danzas impuras y macabras
Embriagado por la belleza que se me ofrece
Deseo, objeto de nuestro arrebato
su poder
infinito
transformador absoluto
de la impúdica belleza
me arranca las venas por unos días
Nos encadena a nuestras propias palabras
esmaltadas por el brillo de nuestras libertades.
Solo el deseo conduce a la belleza
engañando estúpidamente
corriendo tras su aliento
Incluso el propio cocodrilo derramó sus lágrimas
por la perversión de la juventud
Que empiece el espectáculo
¡Sin saber como ha de acabar!
Sacrificios banales del espíritu
He aquí el desorden que introduce el deseador
Mientras todos lo saben pero el no lo nota
subrayando con horror el aguijón...
que ha de clavar en su pecho
Quizás tan solo unos instantes...
Hasta el desengaño.
martes, 13 de enero de 2009
Ese problema de la hora
El reloj los va a matar
Y los llevará a la tumba
Como a mi
como a todos
Pero por qué ser tan esclavo
y no irse aunque sea por un instante
de su mirada impasible
y estrictamente eterna
amarga y plena
Firme en el destino
sentencia maldita
Tal vez haya que librarse del reloj
A pesar de que no se pueda con el tiempo
No sobra sacudirse
Y no dejársela montar de vez en cuando
Después de tantos años de no usar reloj
He descubierto su utilidad.
Y los llevará a la tumba
Como a mi
como a todos
Pero por qué ser tan esclavo
y no irse aunque sea por un instante
de su mirada impasible
y estrictamente eterna
amarga y plena
Firme en el destino
sentencia maldita
Tal vez haya que librarse del reloj
A pesar de que no se pueda con el tiempo
No sobra sacudirse
Y no dejársela montar de vez en cuando
Después de tantos años de no usar reloj
He descubierto su utilidad.
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