domingo, 30 de noviembre de 2008

Una gota de fuego

Algunos podrían llamarme Leviatán
pero la verdad es que en mis manos llevó las ansías de vivir
de sumergirme en la sangre
de beber la cicuta
de fornicar con las piedras y danzar en los bosques
Porque por mis venas corren las lagrimas de los hombres
los orgasmos de la traición y las bromas de la muerte.

Mis labios disparan escupitajos de luz
Soy el sol de la melancolía
enmascarado con verdades de cristal
Por eso:
me escondo en los rostros de los muertos
mientras deambulan por las aceras
me busco en los pájaros del cielo
y del infierno
En medio del cielo fluorescente y nubes verdes.

Soy murmullo de ríos invisibles
soy bandera de demonios anarquistas
soy pedazos triturados de alma
condensados en un reloj de arena
Electroshocks psicodélicos
Impulsividad maníacodepresiva

Soy el fin del comienzo del final
y jinete y domador del aullido
Soy mis pies, mis ojos y mis brazos
y las otras cosas adentro de este cráneo
Soy un potro de fuego cayendo de los cielos
zarpazos de suspiros incandescentes
soy la tierra los árboles los cielos

Soy nada
El aliento de una mariposa inmortal.

Éxtasis inefables

Éxtasis inefables


Asterismos iridiscentes
efluvios inefables
Cáspita y recorcholis
León de Greiff me ha contagiado

Un lumen de oscuridad
un lumen de niebla
Marvilleurs fotónicas
Éxtasis inefables.

Nuestros ágapes de luz
efluvios inefables
Alegre planetariamente
Embriaguez del esplendor mas exquisito

Éxtasis inefables
1-2008-18792